jueves, 27 de febrero de 2014

Sniper X You

Cada vez que observas al Sniper, inevitablemente entiendes lo que es un hombre de verdad. Lo ves allí tendido sobre tu cama, tan perezoso y salvaje, sin camiseta que pueda tapar su amplio pecho marcado y fuerte, cubierto por vellos negros como su cabello. Pasas tu mirada, perfilando todas sus rasgadas características: mentón largo, brazos mazados, piernas largas y poderosamente fuertes, familiarizadas con la dura vida del cazador. Clava una mirada hambrienta en ti, tan directa que sientes un puñal dentro de tus entrañas, certera como sus balas. Suspira y sonríe, conduciendo su mano lentamente por el pecho, pasando por el vientre hasta llegar al gran bulto de su entrepierna ya erguida, sedienta y juguetona. No duda en apretar en esa zona, hasta que gime lamiéndose los labios.

Lo sabes. Es todo una provocación por su parte. Le gusta ir tanteando terreno, haciendo que poco a poco caigas en su trampa, como un animalillo acorralado sin esperanza. Tragas saliva e intentas mirar hacia otro lado, pero sabes que la tentación es tan grande que no podrás durar mucho tiempo sin caer en su juego, y tu corazón empieza a correr desbocado debajo de tu pecho.

-Acércate de una vez, nena. Llevo esperándote toda la noche...

Sientes mucho calor repentino al oír su voz surcando la habitación. Siempre la habías oído y ya estabas acostumbrada a ella... Pero no hablándote de esa forma. Es desgarradora, posesiva, adulta. Te atrae como el farol atrae a una mosca. Puede que sea peligroso, después de todo ese hombre es un experto asesino. Aún así, ¿tienes algo que perder entre ese mar de carne bien formada y sensual cuerpo curtido?. Sí, tal vez puedas perder tu alma en tal acto, dejarte poseer por el mismo demonio. Estabas dispuesta dar todo lo que fuese por estar al lado de ese hombre, incluso arriesgar tu propia vida.

Te acercas sigilosamente, casi impulsada por un ancestral arrebato del que no puedes deshacerte. Él te contempla como quien otea la cosa más deliciosa. Tú no vas elegante: unos pantalones vaqueros medio rotos y llenos de polvo por las batallas, una camiseta militar y unas raídas botas. Pero aunque no te des cuenta, desbordas sensualidad por todos los poros de tu piel y eso nunca ha pasado desapercibido. Cuando llegas al borde de la cama, él no deja esa extraña sonrisa de su rostro y pasa un brazo por tu cintura, acercándote a él con un gruñido. La electricidad de su cuerpo te merma, es casi como si irradiase una nube prometedora de lujuria que te envuelve más y más hasta asfixiarte. Entornas los ojos y pasas la mano por su rostro, deleitándote con sus labios carnosos y la barba de pocos días, tal como a ti te gusta en un hombre. Él no tiene las comunes gafas de sol que lleva y lo agradeces, pues así clavas tu pupila en la suya, azul como el cielo, y te ves reflejada en esos maravillosos ojos. Su cabeza viaja hasta tu cuello, que comienza a besar poco a poco, primero con cariño y al cabo de unos segundos pierde el control hasta volverse violento, pasando su lengua y dientes para que tú hundas más los dedos en su alborotado y negro cabello.

-¿Crees que eres la única que ha estado todo este tiempo a pan y agua? - susurra en tu oído, y aprietas fuertemente su cabello pues la excitación creciente en tu vientre es tan grande que crees llorar de la emoción – Tanto tiempo juntos... Y ni si quiera se te ocurrió en venir a mi. Pero ahora eso se terminó, querida. Vas a saber lo que es acostarse con un macho de verdad.

No tienes tiempo a responder ya que te besa con fogosidad, silenciando tus palabras. Aceptando tu destino y con la ayuda de esas manos valientes, vas quitándote impaciente cualquier centímetro de ropa que haya en tu cuerpo. Es todo un caos vertiginoso de sentimientos, besos y caricias rudas que hacen conmoverte y abrirte de piernas implorando una victoria en esa frenética batalla. Casi que puedes oír los tambores de guerra sonando mientras quita tus bragas y las lanza, después para bajar lamiendo tu pubis hasta tu mojado templo.

Abres los ojos en un espasmo cuando notas esa lengua rozando tu interior. Gimes y agarras las sábanas con tus puños, importándote tres bledos que alguien del equipo pueda oír tus gemidos. La lengua del Sniper es hábil y sabe como complacerte. Va aquí y allá, lamiendo y comiendo con hambre por todos los rincones, a veces parándose en tu entrada y otras recorriendo toda tu vulva con sus dientes. Te muerdes el labio inferior y vuelves a gemir su nombre, implorándole por una rápida liberación, cosa que él no te concederá hasta que su salvaje temperamento haya sido sofocado.

-Fóllame de una vez Sniper... Te lo ruego...

Lo único que te importa en esos momentos en sentirlo dentro de ti, manchándote con su sudor. Él parece no tener ningún problema en obedecer tu mandato, y abre tus piernas sin problemas, agarrándolas y pasándolas por su cintura. Sois, en esos instantes, dos animales en puro celo. Y te maldices por haber deseado tanto a ese hombre y no haberte decidido a hacer eso antes. ¿Por qué esperar tanto, cuando puedes tener al Sniper surcando tu cuerpo en estos mismos instantes?.

No es un hombre de muchos preliminares, y la primera embestida es ruda y sin lubricación. Gritas de dolor, pero después esa angustia pasa a un febril placer en un instante y te acabas viendo como pides por más y más sin descanso. Tú también eres tan exigente como él, no habrá descanso hasta que estés del completo satisfecha. Puro sexo puedes pesar, pero también sabes que el Sniper ha estado suspirando por ti desde que te vio entra en la base. Él es un hombre que considera que es un privilegio estar con él, y sí, tienes la suerte de que esté confiando en ti sin sentir la necesidad de clavar su machete en tu cuello. Cuando lo miras, sabes que no es de los que pueden ser el padre de tus hijos, pero aún así no quieres dejar de desearle y te preguntas una y otra vez si podrías ser tu esa mujer: su compañera, amiga, amante y esposa.

No esperes que te diga cosas bonitas al oído mientras te hace el amor, ni si quiera te hace saber todo lo que le puedes excitar o todo lo que le gustas en ese mismo momento. Simplemente lo sabes; su mirada devoradora curtida por las expediciones en los desiertos hostiles de Australia que hace levitar cada célula de tu tembloroso cuerpo, la voz que emite gemidos largos y ásperos, dedos trabajadores en tu piel que no cesaban en tocarte hasta que tu cuerpo sea por fin suyo. Borrando todo el rastro de antiguos amantes, impregnándote de su olor masculino. Haciéndote enloquecer en ese acto tan posesivo pero gozoso. Y mientras, literalmente, gritas de placer por sentirte tan dichosa, femenina y excitada a su lado, mientras ese miembro duro no deja de penetrarte con la fuerza de miles de truenos, mientras crees desfallecer con tus dientes en su musculoso cuello y las uñas surcando la amplia espalda fijándole unas terribles pero hermosas marcas que marcaría con orgullo en sus batallas...Mientras todo eso fuese real, sabías que él ya solo tenía ojos para una persona, y que no iba a dejarte ir con tanta facilidad.


Tan desesperado ese hombre, podías oler esa frustración cada vez que arreme en ti con pasión feroz. Imaginaste las horas y horas de soledad a la que Sniper se tenía que haber sometido en las misiones. Solamente acompañado por un reloj, una taza de café, su machete y rifle limpiados previamente como en un acto ritual. Siempre preparado para matar, siempre planeando un plan para asesinar a todo el mundo que pueda conocer. Cuando tu mente se torna a ratos lúcida, no tan empañada por la lujuria, pasas los dedos suavemente por las cicatrices de su bien formado pectoral y no puedes evitar preguntarte a cuantos hombres ha enviado a la tumba, y a cuantas mujeres a su cama. Pero después te das cuenta de que tal vez no han sido demasiadas. Gruñe en tu oído, rudo pero lo suficiente entrecortado como para te derritieras, y graciosamente piensas que él no es como el petulante y romántico del Spy. Seguramente no han sido tantas las mujeres que han pasado por su lecho, solo unas pocas a las que amó con todo su corazón ya roto. Y ahora esta ahí, follándote con tanta dedicación y pasión, moviéndose encima tuyo en movimientos secos y cortantes que creías que te partiría en dos. Ya no importa nada más, solo sentir ese cuerpo encima tuyo moldéandote como si de una pieza de arcilla fueses.

Pasa su callosa mano por todo tu abdomen hasta llegar a tu entrepierna húmeda, dos dedos perfectamente alineados en tu clítoris que palpita, rogando por la liberación. Hacía mucho tiempo que no catabas a un hombre, y tampoco tuviste la necesidad de sentirte segura entre unos brazos musculosos y un pecho cálido de corazón palpitante... Pero ahora pedías más. Que llevase tu cuerpo a donde más desease, al confín del mundo como te había prometido. Esos dos dedos que algunas veces te habían acariciado el rostro mientras dormías, esos mismos que te señalaban cuando se enfadaba contigo porque no capturaste un punto y pusiste en peligro a todo el grupo. El indice y anular de su mano derecha con los que apretaba el gatillo de su rifle. Esos mismos ahora te estaban guiando hacia el camino correcto del paraíso. Te acaricia, jugando con tu sudado cuerpo y hasta que no gritaras su nombre, no dejaría que te corrieses.

-M-Mundy... Mundy por favor... - consigues decir entre jadeos compungidos. Después te uniste a él en otro de los millones de besos lascivos que habíais compartido esa noche.

Él simplemente te ofreció una de sus sarcásticas sonrisas de medio lado que siempre ponía cuando algo le gustaba y deseaba mantenerlo oculto. Apretó tu culo con una mano, te lamió la cuenca de la oreja y un calambre fascinante cruzó a lo largo de tu columna vertebral, provocando un inesperado ruego de tu boca.

-Pídemelo como solo tú sabes hacer... - su violenta voz retumba en tu cabeza y te sientes mareada de deseo.

Los únicos sentidos que posees estan mermados ante tanta masculinidad, ante tanto placer. Los orgasmos se están acumulando dentro de ti, pero sientes la humillación al notar que, hasta que él no desease, tú no podías ser liberada de esa cadena interminable de fogosidad. Siempre tan seguro de sí mismo, tan salvaje y astuto... Nunca viste nada igual. Nunca sentiste nada igual, ni lo harás el resto de tu vida. Los dos dedos del Sniper te tienen pendida de un hilo. Sus ojos azules te atraviesan como lo podían hacer sus balas, deja todo tu ser hecho trizas. Árido, así es como sabe. Todo un cuerpo marcado a cincel y martillo, atlético, robusto. Él había estado trabajando duro para ganarse un puesto en la Corporación. Cuerpo de Mercenario, Alma de Mercenario. Y aún así, era capaz de amarte con un fuego interno que si no estabas acostumbrado, quemaba como el mismo Infierno. Una vida anterior como salvaje cazador de presa en el interior de Australia bastaba como para hacer temer hasta a los más poderosos enemigos, pero a ti lo único que te provocaba eran un extraño sentimiento en tu interior tan profundo y desorbitante que no podías negar. No, ya nunca más.

Pasas las piernas por su cintura, y murmuras como una gata en celo, encanta de notar como todos los músculos de Sniper se contraen gozosos ante tal acto. Él gime pesadamente, pasando su mirada evaluadora por tu cuerpo repetidamente, y por cada segundo su erección excavaba más hondo en tu interior. Había llegado el momento.

-Por favor...Por favor Sniper... ¡Joder! Joder, joder...Haz que me corra...hazlo ya...quiero tu leche dentro mia, la quiero...¡Mundy!.

Tus palabras no son en vano, y tiembla violentamente, mordiéndose el labio inferior con sus caninos. Crees por momentos que el mundo se va a desmoronar encima vuestro. Tan exquisito, una sensación de plenitud en la que te confundes con él y creáis uno solo. Tan violenta, pues él hace que te conviertas en un torrente de pura energía, tan grande que te agita y hace removerte por la cama. Dejas de ser tú, y te pierdes en unos ojos azules y barbilla prominente que te sonreía con una nota de cariño maduro. Y el Sniper profiere un irresistible gemido cuando se corre en tu interior. Sus caricias, sus besos, sus mordidas en tu cuello haciéndote sangrar...Ni si quiera avisó, tú tampoco lo hiciste... pero era bueno, demasiado bueno como para perder el tiempo en palabras innecesarias. Solo el placer, solo su aroma y fragancia en tu interior mientras te arroja con él hasta el mar de éxtasis. Cuando el torbellino por fin termina, crees oír que dice algo sucio en tus oidos, pero caes semi inconsciente en la cama con un lacónico suspiro y sonríes de cansancio y necesidades cubiertas. Él se tumba a tu lado, pero sin dejar de abrazar tu cuerpo con firmeza. Te acerca hasta su pecho y besa tu párpado, todo tan rápido y con una seguridad desgarradoras. Entonces, solo entonces, te das cuenta de que hay un poco de sangre en tu cuello que él lame perezosamente.

-Siento lo del cuello... No lo vi venir – dice al cabo de unos minutos, su voz ha vuelto a la normalidad, empañada con su tono tan sarcástico y común de siempre. Te abraza de buena gana mientras tú oyes su enorme corazón debajo de sus perfectos músculos retumbando en tu oído. Te podía haber parecido un juego tribal, pero si algo caracterizaba al Sniper es que siempre iba enserio, tanto con sus víctimas como con sus conquistas. Y sonreía con los ojos cerrados, de vez en cuando te besaba el cuello con cariño pero solo era una excusa para pegarte más a su amplio y robusto cuerpo, como queriendo protegerte de un algo inexistente aún sabiendo que tú no necesitabas la ayuda de nadie. Así era el Sniper. Pasaba todo el tiempo de mal humor, pero nunca lo pagaría contigo.

Hubo un silencio, pero no de esos incómodos que son tan espesos que pueden cortarse con cuchillo. Era un silencio de complicidad, en el que sonreíais para vuestros interiores, contentos de los logros conseguidos juntos.

Sabías que no habría velas ni cenas románticas. Tal vez nunca te diría ni una sola palabra hermosa durante meses, mientras conducía su camioneta rumbo a Dios sabe donde. Era seco, cortante y desafiante. Y aunque no estás segura de estar enamorada, gracias a su presencia te encuentras por fin a salvo. Tal vez la estabilidad había vuelto a tu vida, tal vez. Piensas que él siempre se preocupa por ti, te pregunta cada mañana como te sientes, te arropa en las frías noches mientras miráis juntos el firmamento, pegados uno al lado del otro bajo una manta. Notas como poco a poco se queda dormido, relajando todo su ser en el hecho como hacía tiempo no lo había hecho. Esa noche dormirá bien, se siente cómodo a tu lado.

Te levantas en silencio y te acercas a la ventana. La abres y dejas que el aire fresco de la noche corra por la habitación, acariciando tu cuerpo con alivio. Miras hacia la luna y un puñetazo de nostalgia remueve tu consciencia. Él te llevará a Australia, y allí podrás empezar una nueva vida sin tener que recordar el pasado. Comeríais Pavlova y Vegemite, aunque su agrio sabor lo más seguro es que no te gustase. Quieres reír junto a él de tus ocasionales chistes malos, quieres que te lleve con su furgoneta a ver mundo como siempre has deseado. Y sobretodo, seguirá entrenándose para convertirse en un real Australiano, mientras tú observarás ese cuerpo ágil moverse al viento. Aunque, posiblemente nunca volverás a tener un amor de verdad, él está ahí para lo que necesitas. Desaparecerá durante días, lo sabes, pero siempre te dirá eso de ''Siempre estaré observándote, no lo olvides''. Si lo piensas, no es la primera vez que te comenta algo asó, aún cuando ni si quiera conocías sus verdaderos sentimientos.

Suspiraste de nuevo.

Está bien. Tal vez, sí estés enamorada de él.


Arte by http://lintufriikki.tumblr.com




domingo, 23 de febrero de 2014

Gente tóxica.

Hace un par de días pude volver a encontrarme cara a cara con uno de esos casos extremos de subnormalidad humana profunda.

Este en concreto va sobre como un determinado tipo de personas de las más variopintas edades (aunque la franja de edad donde más prevalece este tipo de comportamiento va desde los 15 años hasta los 25) que dedican a creerse ya no solo el centro de todos los Universos posibles y de las posibles Dimensiones que pueda haber en ellos, si no que afirman que todos son "propiedades" de ellos, y que sus amigos o amigas, novios o novias, compañeros o compañeras, hermanos o hermanas, padres o madres y un largo etcétera, no tienen derecho. Tal cual: no tienen derecho a nada que los excluya a ellos.

Sí, por increíble que parezca, esta gente existe. Y tristemente, he podido ver con mis propios ojos y ser testigo de la acción brutal de este tipo de personajes. 

Vamos a llamarlos Personas Tóxicas, pues son lo que son. Tóxicos, Nauseabundos, Injustos y Narcisistas. Así es la Gente Tóxica. 

Os pondré un ejemplo:

"Es que menganito es una cabrón porque ya no me hace casoooo, bububu" y toda esa mierda. 

¿Acaso te has dignado a mirar por qué no te hace caso? 

La Gente Tóxica suele siempre exteriorizar la culpa, creyendo que ellos están exentos y que todas las desgracias les pasa porque así ha querido el destino, y que ya no hay posibilidad ni de redención ni de cambio. Esto los hace aún más condescendientes con ellos mismos, algo que a mi personalmente me llega a repugnar. 

También me han llegado casos como este ejemplo en el que la PT no puede soportar que no sean el centro de atención. Ellos se quejan y se quejan y se quejan, nada les parece bien y siempre están intentando conseguir esa pequeña atención aunque sea moviéndose a patadas entre la gente. Esto los lleva a fracasar estrepitosamente y a exponerse en frente de todo el mundo. 
Por este mismo hecho de que no pueden soportar no ser el centro de atención, la PT cree - y realmente lo hace - que TODO el mundo a su alrededor están para servirles. Tienes que hacer lo que ellos quiera, cuando quieran y como quieran. ¿Qué pasa cuando no quieres caer en su juego? Se pillan un berrinche contigo de tres pares de cojones, y encima van hablando pestes de ti por ahí alterando toda la situación a su beneficio. No intentes hacerle ver a la PT que está equivocado, ya que eso va a provocar una pelea por su parte que durará años y años. Esto yo sueño atribuirlo a unas carencias afectivas enormes que no han sido capaces de superar, o a una regresión en el pasado que les hace actuar como si aun fuesen en pañales. Sea lo que sea, no tienes porque soportarles. No es tu trabajo, ni mucho menos tu obligación: solo ellos mismos podrán darse cuenta de sus errores y por consecuencia, madurar.

Volviendo al caso de Menganito, Menganita o X. 

Es muy común, y esto ya si que me saca de mis casillas, que la PT no pueda entender que los demás tienen una vida más allá de ellos. En el caso de Menganito que no me hace caso, se podría decir que ellos creen que Menganito debe estar siempre por ellos/ellas, ¡Aunque ellos mismos ignoren a esa persona!. Relación de submisión, de rey-esclavo. La Gente Tóxica no es equitativa ni desean serlo. Ellos quieren ser déspotas de un mundo imaginario, y por supuesto, en las relaciones personales y amorosas harán lo que sea para mantener esclavizados a todos. Son como Saurons en la modernidad...Pero incluso me atrevería a decir que hasta Sauron es más inteligente que ellos. 

Por desgracia, me metí en una relación de amistad con una PT de la que salí muy escaldada. Esta persona ni me entendía, ni me respetaba y no estaba dispuesta a hacerlo. Esta persona quería que yo fuese como el/ella quería: quería que yo fuese una extensión más de su personalidad tóxica. Se metía con lo que hacía y decía que no era de su agrado. Incluso (y esto ya fue la gota que colmó mi vaso de paciencia) se metía con TODOS mis amigos anteriores a él/ella, solo por el hecho de que los veía una amenaza y quería aislarme de todo el mundo. Chuparme a su mundo de histeria y locura, a un mundo al que yo por naturaleza no puedo pertenecer.

Sí, es cierto: Todos al principio son muy majos. Todos parecen super simpáticos y están muy dispuestos a quererte y ser tus amigos. Pero no os engañéis, que precisamente esta es la técnica de la Gente Tóxica para atraer a sus presas: la Hipocresía. A los que estáis lidiando con una PT os recomiendo una cosa: huid cuanto antes podáis. Intentar cortar todo lazo con esa persona, pues si no lo hacéis tarde o pronto os comerá. Es imposible intentar razonar con ellos, o hablar las cosas para llegar a una situación de entendimiento. La PT se rige por la Agresividad o la Envidia, y se van a tomar como un ataque muy severo el solo hecho de que le mostréis vuestra disconformidad por una cosa que hayan hecho. 




Siempre pensé que el Sin Cara del Viaje de Chihiro, podía ser un buen análogo de ''Persona Tóxica''. Hasta se parecen, mira.



Me hace gracia la capacidad que pueden tener algunos Tóxicos para sentirse ofendidos. Ellos son como garrapatas que se pegan a tu piel, chupan y chupan hasta que te cansas de ellos y les quemas para que se suelten de ti de una vez por todas. Después de este acto, encima tienen el descaro de recriminarte el hecho de que les hayas quemado. ¡No te jode!.

Egocéntricos, egoístas y el yo yo yo a la orden del día. 

No les importas, y el miedo se les va a dejar llevar. Tristemente, muchas de estas PT son paradójicamente, buenas personas... Pero que no han tenido las ganas o la oportunidad de querer relucir esa bondad hacia los demás. Por decirlo de alguna manera, adoptan el Lado Oscuro donde ven el mundo en término de blancos o negros, y nunca en grises o multicolor. Radicales (casi que podrían ser unos buenos políticos). 

Algo muy común de esta GT es que suelen meterse con todo dios por Twitter, Tumblr u otras redes sociales similares, pero luego a la hora del cara a cara son completamente distintos. Si tienen un problema contigo basta que vayas a ver su red social, porque a la cara nunca te lo dirán. Y no es que simplemente se quejen ahí, es que van expresamente a decirselo hasta a gente que de por sí les cae mal, solo para ganar adeptos en la batalla. Pero luego si te los encuentras por la calle, te saludarán de forma muy efusiva. Incluso, si pueden meterse en tu casa de gorrones, lo harán. 

Básicamente, quieren tomar el Poder Absoluto sobre todos, para poder ellos sentirse mejor. Su autoestima es tan baja que llegan a esos niveles de tenebrosismo. Ellos piensan que sólo y únicamente su forma de ser y de ver las cosas es la concreta. Intentarán destruir vuestro autoestima para que ellos se sientan mejor en su miseria. ¿Mi consejo? No des ni un sólo crédito a lo que un tóxico pueda decir sobre ti: Piensa que ellos están realmente jodidos con ellos mismos. Saben que el mundo está ''en contra'' de ellos (más bien, es que el mundo está en contra de ellos) y eso les hace ser altamente manipuladores, agresivos y unos, con perdón, hijos de puta. 

Hay muchos tipos de PT, entre los que por ejemplo nos podemos encontrar el envidioso, el meteculpas (los que intentan que por todos los medios, no consigas tu objetivo o tu meta, siempre diciendo cosas como ''me sacas de quicio porque no haces las cosas como yo creo o quiero''), el descalificador (el que quiere siempre brillar por encima de todos, y te hará sentirte una mierda sólo para lograr su fin''), el chismoso o cotilla (siempre va a difundir rumores sobre ti que no son verdad) o incluso el psicópata (de este conozco más de uno en mi círculo de conocidos...Básicamente gente que da una cara que no es la que es en realidad, y cuando consigue algo de ti, te desechará como si de un pañuelo lleno de mocos fueses). 

En fin, queridos lectores, lo mejor que podéis hacer si os encontráis con un individuo así es corred. Corred, alejaros de la fuente infectada y entonces veréis como vuestra percepción de las cosas cambia, y vuestra autoestima aumenta. Muchas veces si os sentís cansados, enfermos, tristes o arrastrando una frustración muy grave, mirad primero que gente os rodea para saber si alguno de estos parásitos está enganchado a vosotros. Si es así, no dudéis en sacarlo fuera. La Compasión y Misericordia suelen ser malinterpretadas muchas veces, confundiéndolas con que tú tienes que aguantar a esta gente hasta que te conviertes en uno de ellos. No estoy hablando de odio, de hacerles la vida imposible o de sentimientos negativos: eso te convertiría en uno de ellos. Simplemente, creo que cada uno debe vivir su vida como más cree o le apetezca...Pero eso no significa que tú tengas que estar ahí para ellos, o para tragarte sus tonterías. Simplemente apartate, no hagas ningún comentario nocivo sobre ello con gente que no le interese el tema. Sé tú, no te disfraces, y sé feliz. 

Ellos tal vez no te lo perdonarán, pero así aprenderán a valorar a quienes les rodean y puede que algún día, dejen de lado su egoismo y egocentrismo aparcados en un rincón. 







miércoles, 19 de febrero de 2014

La Jungla de Asfalto - Capítulo 2 (Humanformers)




-¿Con qué Psicología, verdad? -

La cafetería donde se encontraban los dos hombres estaba muy bulliciosa aquella mañana de Miércoles. A pesar de ser entre semana, la gente corría vigorosamente de un lado para otro, atareados en sus quehaceres diarios y acompañados de un buen café cargado y caliente entre sus manos. Algunos, como Rung y Ratchet, se sentaban relajados en el local con la vista pegada en un periódico y algo que llevarse a la boca. Otros entraban como alma que lleva al diablo y tomaban algo de forma muy rápida, como intentando encontrar un poco de energía en ese acto.
Rung observaba el ambiente de forma analítica: profundas ojeras, bostezos pegadizos, alguna que otra despistada que abandonaba el lugar olvidando su bolso en el sofá y varios obreros que aún no se habían despertado del todo, a juzgar por sus caras. El inglés se sentía realmente sorprendido por el torbellino alocado de acciones que se llevaban allí a cabo, y como a algunas personas estaban tan activas como si de un viernes se tratase. De hecho, para él era realmente interesante el poder sentarse ahí y observar con detenimiento las personas, sus gestos y palabras. No lo hacía con ánimo de juicio ninguno; simplemente, su carácter flemático acompañado con una larga tradición de Psicoanálisis y observación de la conducta lo llevaban a trabajar incluso en horas libres. Le parecía divertido y hasta cierto punto, ilustrador.

Ratchet carraspeó ante la respuesta muda del inglés. Rung se sonrojó muchísimo ante la situación y formuló una pequeña disculpa, excusándose rápidamente.

-Lo siento Doctor, perdone mi ausencia mental temporal. Son gajes del oficio...Creo que nunca llegaré a controlarlo - contestó con una sonrisa muy infantil mientras mecía la cuerda de la bolsita de té entre sus alargados y finos dedos, moviéndola con parsimonia.
Ratchet quedó absorto por unos momentos ante tal movimiento, fijándose en que no había visto a nadie formular unos ademanes tan precisos, pero al mismo tiempo con tanta elegancia como Rung procesaba. Ese hombre casi hacía del té un arte milenario y misterioso.

-No te preocupes. Eres psicólogo, a fin de cuentas, sois seres excéntricos. Aunque sería raro para mi ir fijándome en todo el mundo, sabiendo de sobra como son por dentro... - Ratchet murmuró lo último con un hilo de voz, por momentos de verdad imaginando a las personas que había ahí dentro como cúmulos de huesos, músculos y órganos, como tantas otras veces había visto en sus pacientes en las mesas quirúrgicas mientras trabajaba. Eso le produjo un escalofrío y bebió raudo lo restante de su café, quejándose de lo asquerosos que podían llegar a ser los humanos.

Rung continúo sonriendo de forma muy sincera y dio un pequeño trago a su té de frutos rojos, ahora centrando toda su atención en su nuevo amigo americano.

Ratchet era un hombre raro, para qué negarlo: de esa clase de hombres que están en medio de la treintena y no les sienta demasiado bien. Rung desconocía la edad del hombre (sería de viperina mala educación para nuestro protagonista ir preguntando directamente que edad tenía, y además viniendo de un hombre tan mal humorado como Ratchet, ya que pues el instinto le decía que mejor era no hacerlo), pero el inglés supuso que aparentaba más de la edad que realmente podía tener. De hecho, su aspecto seguía como el primer día que Rung le conoció: reflejando el cansancio y tedio que tanto parecían mellar al doctor. Aún así, Ratchet era un hombre que desprendía una gran seguridad, madurez e incluso sabiduría, pero que fácilmente podía pasar de la más absoluta seriedad a un estado constante de abuelo cascarrabias.
Habían pasado sólo unas pocas semanas desde que se conocieron por primera vez allí, en el hospital de Saint Claire, y el doctor de cada día le fascinaba más y más. 

-Respondiendo a su anterior pregunta, Doctor, he de decir que...

-Ratchet, llámame Ratchet. Nada de Doctor, no al menos fuera del hospital - Ratchet interrumpió a Rung un tanto bruscamente, pero sin ningún tipo de finalidad malvada, y luego hizo un movimiento a su amigo dándole a entender que podía continuar. Rung se hubiese sentido molesto por ese comportamiento en situaciones más normales, pero su interlocutor era Ratchet a fin de cuentas, y ese parecía ser su estado más natural. 

-Comentaba que ser psicólogo fue algo de real vocación, pero mi padre estaba empeñado en que debía dedicarme a la abogacía o filología. Ya sabes, cosas de padres que siempre desean que hagas lo que ellos no tuvieron la oportunidad de hacer. El caso es que la Filología me resultaba realmente interesante, pero no tanto como ha sido y sigue siendo la Psicología. Después de muchos enfrentamientos y periodos prolongados de guerra sin tregua con mi padre, casi puedo decir con orgullo que le convencí de que mi posición era más acertada, y entonces fue cuando entré en Oxford por la puerta grande. Fueron 5 años de mi vida en los que prácticamente no vi demasiado el sol... Aunque en Inglaterra no es que abunde - Rung bromeó delicadamente y Ratchet sonrió calladamente, muy absorto y divertido por la historia que su compañero le estaba contando. Después de un sorbo lento de su té, Rung miró a su amigo y ladeó la cabeza. - Y bueno... la conclusión de mi historia se haya aquí. Sentado en una cafetería de Los Ángeles, compartiendo un buen y caliente té con el Jefe de Cirujanos del Hospital de Saint Claire y haciendo un burdo análisis de la gente que entra y sale de esta cafetería.

El ruido sordo de una radio los distrajo y entonces Ratchet aprovechó para terminarse el café, en un momento echando la cabeza hacia atrás.

-Y sigo sin entender que le has visto a este lugar. Por lo que me has contando, vienes de una familia con mucho dinero. Qué digo...¡Una familia de Lords!. ¿Cómo se llamaba tu antepasado ese?.

-Rubert de Hertfordshire. 

-Eso - Ratchet hizo un movimiento con el dedo, intentando no perder el hilo de su propia conversación. -Quiero decir, podrías haber tenido una vida realmente desahogada allí. Además, Inglaterra parece un buen lugar para vivir: sois educados, metódicos y con estilo. Desde luego, mejor que este sitio. Los Ángeles no es lo que parece, ¿sabes?. Todo el mundo siempre quiere venir a este maldito lugar que si por Hollywood, la playa, el clima...Oh, que sé yo. No entiendo a la gente. Es un sitio lleno de humanos corruptos, maleantes y mujeres de mal vivir- Ratchet sentenció con voz muy grave, colocándose las gafas y frunciendo el ceño levemente. 

Rung se sintió algo confuso por momentos a causa de las maldiciones que soltó Ratchet de forma tan inespera. Cada día que pasaba, el psicólogo podía notar como Ratchet sufría de un tanto de estrés y que utilizaba un mecanismo de defensa de forma bastante asidua, convirtiéndolo en algo normal cada vez que hablaba. ¿Algo podía haberle pasado al Doctor que lo tenía tan amargado?. Ahora, era Rung el que estaba preocupado por su amigo. Se tocó la pajarita de color azul oscuro que llevaba aquel día (que hacía juego con sus ojos azules y claros, herencia bastante nórdica), sintiendo que por momentos moría de calor en la cafetería abarrotada de trabajadores. 

- Hertfordshire tampoco es lo que parece. Al menos aquí la aventura está servida, y la gente es realmente sorprendente...En el buen o mal sentido, pero al menos no son unos cabezas metódicas. Es cierto, toda mi vida he vivido bajo la luz cegadora del lujo y la comodidad, pero mi familia es gente realmente estúpida y algunas veces diría que maléfica. Sí, sé que suena distópico lo que estoy diciendo, pero no es oro todo lo que reluce. Por costumbre, a ellos les gustaba ir a las fiestas más estrambóticas posibles: todas, claro, con un fin completamente ocioso y algo descabellado. Mejor, mi querido amigo, no te cuento la naturaleza de estas fiestas, pues es algo que hasta yo me avergüenzo de ello. Además, he podido ver con mis propios ojos como mi padre, madre y tíos tratan a los demás, y es algo poco digno de ser rememorado. Incluso mi primo ha sido influenciado por ese tipo de comportamiento, ¡mi primo! era el ser más dulce que conocí, hasta que volví a reencontrarme con él hace menos de un año. Qué descaro... creen que todo y todos están por debajo de ellos y que deben obedecerles, incluso los de su propia sangre. -Rung cogió aire y soltó un suspiro fino, sintiéndose algo incómodo al volver a pensar en la gente que había dejado atrás hacía ya unas semanas. Se removió en su asiento para seguir con la historia, sintiéndose algo aliviado por estar contándole esto a alguien después de tanto tiempo guardándolo para sí - No tengo hermanos y siendo hijo único he tenido que soportar la tiranía de mi padre y la hipocresía indiscreta de mi madre. Además, en cuanto terminé los estudios en Oxford, mi vida personal estuvo algo estancada -junto a la profesional porque no decirlo- y entonces supe que era el momento de adquirir nuevas experiencias.

Después de la larga historia, Rung guardó silencio y volvió a suspirar, estando completamente tranquilo. Aquella catársis junto a su amigo Ratchet le ayudó a relajarse un poco más, y así de paso a crear un vínculo entre ellos todavía más fuerte. Aunque le costase creerlo, ellos dos en el fondo, muy fondo de sus psiques, compartían bastantes cosas en común. La mente del inglés voló por un momento de nuevo a Hertfordshire y a sus verdes prados, añorando los pajarillos cantores por la mañana y a las verdes flores silvestres de la campiña. Pero de súbito, aparecía su padre completamente borracho propinando voces y patadas al mobiliario, y a su madre fría como una estaca mirando con auténtica ira a todos los que intentasen contrariarla.

La voz de Ratchet le extrajo a la realidad de nuevo, y abrió un poco los ojos pues sentía que se estaba quedando medio dormido.

-Pues has venido al peor lugar posible, amigo mío.

Los dos se quedaron en completo silencio por unos instantes. Entonces, Rung tomó la palabra de nuevo. 

-Al menos te he conocido a ti. Ya algo bueno tiene Los Ángeles, a mi juicio. 

.

Cuando la jornada de trabajo y consultas de Rung terminó, la hora de cenar ya era inminente. Aquella semana había sido un caos, y cuando ni aún había terminado de organizar las consultas, ya tenía nuevas para la siguiente semana. Y así de forma indefinida en el tiempo. Entonces, el pelirrojo empezó a entender mejor a Ratchet y sus omniscientes ojeras, cansancio y mala leche. Aunque el mal humor no estaba aún presente, supo que si no tenía al menos unas buenas horas de sueño, un té caliente (cosa que no había podido deleitar en aquella tarde) y una cena suculenta, moriría en breve.

El inglés se levantó de la cómoda silla de cuero y miró el blanquecino calendario. Cogiendo un pequeño rotulador para empezar a marcar los días y a escribir todo lo que tenía que hacer en cada uno. La licencia de psicólogo brillaba impoluta encima de él, recordándolo por lo que vivía y al mismo tiempo, desvivía. Entonces, Rung empezó a hacer un repaso mental de los pacientes que había tenido ese día mientras el calendario impoluto estaba siendo maculado: una mujer con un cuadro de hipocondría; un señor mayor que no podía dejar de fumar (y que nuestro joven psiquiatra consideraba tan severo que estaba pensando en usar hipnoterapia como parte del tratamiento); una chavala jovencísima con depresión y un largo variopinto etcétera.

La chica joven se detuvo en la mente de Rung por unos momentos, y éste dejó de escribir.

Vanessa, así era como se llamaba.

Aunque Rung no estaba dispuesto a dar ninguna clase de información sobre sus pacientes (pues esta es una información completamente intrasferible y que, por profesión, estaba prohibido dar fuera de la consulta), nada le impedía pensar sobre ella fuera de su caso. Aquella chica dijo tener unos 18 años y estar en primer año de Universidad, con depresión y sin ganas de vivir según sus mismas palabras. No había intento de suicidio, pero la depresión parecía provocada por una baja autoestima y unos años pasados de acoso escolar que estaban aún repercutiendo en su día a día. Nuestro psicólogo se sintió realmente extraño al oír todo esto, y casi que no pudo comprender el porque. Vanessa era un diamante. Un diamante que convertido en humano era una chica realmente hermosa, de ojos grandes y marrones, de piel oscura y fina. A juzgar por la etnia, parecía ser una mezcla entre mulata y americana, y Rung pensó que tal vez ese hecho fue el que llevó a Vanessa a sufrir bullying en su escuela.

Pensando en ese hecho, frunció el ceño, sintiéndose decepcionado y desesperanzado por la actitud de la gente. ¿Cómo podía una chica tan hermosa haber sido objeto de burlas?. ¿Envidia, tal vez?. Sí, no había otra explicación. Había participado en demasiados experimentos sobre psicología social como para darse cuenta que la sociedad y las personas alrededor podían tener efectos tanto desvastadores como positivos en las personas y en su psique.
Por lo tanto cuando terminó de organizarse, se propuso mentalmente intentar ayudar a esa chica y hacer lo que estuviese en sus manos.

Inmediatamente, se sonrojó ligeramente.

Cuando cerró la puerta de su gabinete y caminó por el ahora silencioso hospital, se encontró algo realmente inesperado y que realmente no esperó ver en esos momentos. En el fondo del pasillo, pareció ver dos figuras que estaban hablando en voz baja y cordial, de las cuales una de ellas era completamente inconfundible. Alto, cabello marrón-rojizo, espalda ancha: Ratchet. Lo que realmente sorprendió a Rung no fue encontrárselo a esas horas, aún con la bata de médico enfundada, si no observar que reía ingenuamente. Una risa de chico joven. Acercándose un poco más, Rung vio que la interlocutora era una enfermera de pelo largo y azabache recogido en una coleta. Tenía los rasgos faciales ligeramente rasgados y sonreía a Ratchet con coquetería pero firmeza, sin perder su compostura. En cambio, el viejo doctor actuaba más raro de lo normal: se rascaba la nuca con frecuencia, tartamudeaba y el psicólogo pudo incluso respirar un aura de virilidad e instinto protector que estaba emanando de él.

''Qué situación rara, pero rara, rara...'' pensó Rung hacia sus adentros, esperando sonriente pero paciente a que aquellos dos terminasen con su extraño flirteo. No tuvo que esperar mucho, pues la enfermera pronto tuvo que dejar la conversación para volver a sus quehaceres, y Ratchet suspiró muy levemente, como sintiéndose agraviado por la partida de la fémina.

Rung se acercó al doctor con una sonrisa de oreja a oreja.

-Nunca me contaste nada sobre ella - Rung dijo con picardía, apartando por momentos su discreción para molestar brevemente al doctor, cosa que era harta divertida a su pesar.

Ratchet pareció no entender o no querer entender saber sobre qué le estaba hablando, pero al cabo de unos segundos resopló, llevando la vista al techo.

-¿No has terminado tu hora de consultas?

Por supuesto, Ratchet no estaba dispuesto a brindarle información a su amigo de forma tan rápida y gratuita.

-Sí

-Entonces deja que te acompañe a casa. Yo no me quedo más aquí ni aunque me paguen horas extras - el viejo hombre sentenció, tocando el hombro de Rung tranquilamente pero con firmeza.

Media hora después, Ratchet conducía su monovolumen en dirección opuesta a lo que era el hospital. El trayecto fue silencioso, Rung con la cabeza apoyada en el frío cristal del coche y observando el paisaje nocturno de Los Ángeles con aire melancólico. Ratchet, por su parte, canturreaba una canción que probablemente él y sólo él había escuchado.

Aquel viaje de vuelta a casa, fue un viaje de meditación para los dos.

.


.






sábado, 15 de febrero de 2014

Mi hijo. Mi hermano. Mi amigo.


La mami y él. Una simbiosis implacable. 



Hoy quería deliberadamente dedicar la nueva entrada a alguien que es verdaderamente importante para mi.

Esta persona...¿Cómo te definiría?. Eres una de las personas más fascinantes que he podido conocer. Oh dios, nunca se me dan bien los comienzos de las cosas, y no quiero ponerme demasiado sentimental, pero... Isma, para mi eres como un rayo de luz que ilumina mi camino.

Sé que estuvimos una etapa muy larga de nuestras vidas sin hablarnos, de la que me siento profundamente culpable y mísera. Pero de alguna forma, gracias a esa etapa me di cuenta de que quería y necesitaba ser tu amiga de nuevo. Necesitaba que tú estuvieses en mi vida, y me daban igual las circunstancias que nos podían rodear. Yo te necesito en mi vida.

Como dice el título, eres mi hijo. Mi hermano y mi amigo. Sé que muchas veces te he comparado con un cordero para bromear un poco, pero en realidad lo pienso: un cordero es un animal puro, inocente y que a pesar de haber visto las maldades del mundo, no pierde esa inocencia propia de un niño. Eso es algo que reside en ti, algo puro e incorruptible que conservas en lo más hondo de tu alma. Pues ese algo te convierte en una persona muy especial para muchos y extraño para otros. Muchas veces vienes y me dices que no entiendes al ser humano o las circunstancias de sus actos, pero yo he de responder de esta manera: Más bien, son ellos los necios que no te entienden a ti. No dejes que los temores del pasado o del presente te influyan. Eres más fuerte que toda esa chusma libinidosa que se esparce en los más oscuros recovecos, para atacar cuando el momento precisa. Eres más puro, mejor que todos ellos, que todos los que te critican o no supieron valorarte.

Bueno, quería dedicar esta entrada para el día de tu cumpleaños y desearte un feliz B-day (del que por cierto, a estas alturas cuando leas esto ya hemos pasado juntos ^_^).

Te quiero mucho, desde lo más profundo de mi corazón ♥.




jueves, 13 de febrero de 2014

La Jungla de Asfalto - Capítulo 1 (Humanformers)









Ring, Rang, Rung.


Rung, en lengua inglesa, podía significar varias cosas:
Una escalera.
Un escalón.
El participio de "llamar", y su traducción sería algo así como "llamado".

Pero a pesar de estas acepciones, Rung era también una persona. La definición perfecta para él era la de caballero inglés: Un perfecto gentleman llevado a su máxima expresión. Un hombre de cierto rango social que su comportamiento, porte y actitud son simplemente intachables. Y así verdaderamente era Rung: un hombre pelirrojo de mediana edad y de cuna noble inglesa, trato suave y algo amanerado, siempre dispuesto a ayudar a los más necesitados. Su filosofía era "Siempre pregunta con un por favor y da gracias", "Cuida tus modales", "Respeta a tus superiores" o el más universalmente clásico hablando, "Ofrece tu asiento a una señorita". El te de la tarde era sagrado, tanto como su puntualidad y buen gusto. Muchos de sus colegas lo conocían por ''cejas'', ya que estaba dotado de unas muy resultonas, naranjas y expresivas. 

Nuestro inglés había nacido en el seno de una familia realmente rica y poderosa: los Truswell. Su padre era un descendiente directo del conde Rubert de Hertfordshire, que mediante la venta de obras de arte y otras riquezas exóticas, consiguió hacerse aún más extraordinariamente rico de lo que era, tan rico que los Truswell disfrutaban de las comodidades y despreocupaciones típicas de los Lords generación tras generación. Aun así, Rung no deseaba una forma de vida tan ociosa como sus familiares esperaban que disfrutase, algo que consideraba profundamente patético. Su vida personal y académica estaban atascadas, y su mente inquieta por naturaleza estaba ávida de nuevas sensaciones. Por lo que, a la edad de 25 años, se embarcó hacia los Estados Unidos, recién terminada su carrera de Psicología y Psiquiatría en Oxford.

Y allí estaba él, viento caluroso de verano de 1990 arremolinándose en su naranja y a veces rebelde pelo. Había llegado hasta Los Ángeles, donde allí todo se resumía en algo completamente distinto de su tierra natal: sol, arena, desierto y calor.

.

-¿Rung Truswell? - una voz profunda y de tono algo cascarrabias sonó detrás de él.

El pelirrojo se giró inmediatamente, para encontrarse cara a cara con un hombre mucho más viejo y maduro que él. Era alto y algo robusto, con azules ojos penetrantes enmarcados en unas profundas ojeras, y su rostro adusto estaba surcado por finas arrugas que marcaban sus facciones. Por su aspecto y la vestimenta compuesta por bata blanca de doctor, Rung supuso que aquel doctor estaba trabajando demasiado. Y aún así, parecía later ahí una inmanente belleza extraña y añeja.

-Oh, sí, ese soy yo, señor - Rung respondió apocadamente con una sonrisa despistada.

-Soy el Doctor Ratchet, y venía a darle la bienvenida al hospital. Es la primera vez que tenemos un gabinete de psicólogo aquí, cosa que me parece realmente estupenda - Ratchet se presentó mientras estrechaba la mano de Rung con afabilidad, y éste hacía lo mismo con gentileza. La soltura con la que hablaba Ratchet le sorprendió, ya que él no estaba acostumbrado a ese carácter tan temperamental que observaba en muchos americanos. El pelirrojo era demasiado tímido para esas cosas, pero aún así sonrió, sintiéndose mejor.

-Muchas gracias, señor Ratchet. No sabe mi grado de ansiedad al llegar aquí al hospital sin conocer a nadie... Estaba algo aterrado. - Rung comentó, mirando derreojillo sus cosas aún metida en cajas. Algunos libros sobre el psicoanálisis se le habían caído al suelo y al reparar en ello, se agachó y los recogió rápidamente, dejándolos en la mesa con sumo cuidado.

Ratchet sonrió con una mueca y se dispuso a ayudar al inglés. Rung pudo notar como las manos de Ratchet eran enormes pero bien cuidadas, de dedos robustos y nudillos fuertes. El inglés se empezó a preguntar en qué área podía estar especializado aquel hombre, y a juzgar por su aspecto algo demacrado, tal vez paramédico. 

-Por favor, llámame solo Ratchet. Lo de señor me hace sentirme más viejo de lo que soy ya - el doctor rogó sin rastro de malicia o enfado, y eso rompió por momentos la distracción que Rung había depositado en él. - Te entiendo perfectamente, lo de la ansiedad quiero decir. Siempre fui un hombre retraído, no sabes hasta que punto. Cuando vine a trabajar a este hospital por primera vez, creía que vomitaba.

Rung no pudo suprimir una carcajada a causa de la franqueza del doctor. Nunca había oído a alguien hablar así en Inglaterra, cosa que le resultaba estimulante.

Cuando abrió la boca para seguir con la conversación, sonó el busca del Doctor. Éste lo apagó con una maldición y puso los ojos en blanco. Debajo de esa amabilidad, Ratchet en realidad sufría de muy mal humor, que solía pagar con casi todo el mundo que osaba romper su tranquilidad.

-Lo sé, soy un viejo cascarrabias. Debo volver al trabajo. Ha sido un placer conocerte Rung, y espero que pronto podamos volver a vernos- Ratchet sugirió y se colocó sus gafas con rapidez, planchándose la bata blanca con las manos y mirando que todo estuviese en correcto orden. 

-El placer es mío, Doctor. Si no es mucha indiscreción, exactamente me gustaría saber cuál es su especialidad. ¿Traumatología?, ¿Paramédico? - él preguntó con un hilo de voz, tratando de parecer lo menos estúpido y cotilla posible. 

Ratchet miró a Rung por última vez antes de desaparecer, clavando sus ojos debajo de las pobladas y marrones cejas.

-Soy el Jefe de Cirujanos de este hospital - contestó escuetamente pero sin dejar de sonreír a un, ahora, boquiabierto inglés. -Lo que explica mis profundas ojeras y mi acusado mal humor, si es lo que deseas saber. Ah, antes de que se me olvide... -el doctor sacó un papel de uno de los bolsillos de la bata y alargó la mano hacia Rung. -Aquí, mi número de móvil y de busca por si necesitas algo. Aunque este sitio pueda parecerte el Paraíso los primeros días, he de decir que Sant Claire por muy buen hospital que sea, está plagado de imbéciles trabajando aquí. Seré tú protector, por eso no tienes que preocuparte.

Y a partir de aquel día, empezó lo que sería una relación indestructible de amistad que duraría años y años. Pero en ese momento, Rung ignoraba lo que iba a suceder en el futuro, sintiéndose como un fruto que suavemente flota y flota en una corriente de flujo lento y permanente.

Ese era Rung. Esa era su nueva vida: psicólogo y caballero de anacrónicos pensamientos y porte. Preparado para una vida nueva en una tierra de las que tantas fantasías había oído hablar. 

¿Y sobre las relaciones amorosas de nuestro ya amado pelirrojo?. Bueno, todo ya llegará.


***

Rung y Ratchet no son personajes creados por mi, son personajes de Transformers @Hasbro, pero la humanización es cosa mía (tanto físicamente como los posibles off canons, de todo eso me hago responsable). 










martes, 11 de febrero de 2014

Mary Sue

El Mary-Suismo es ominoso, y se propaga más que la Plaga de Kel'Thuzad. 

El Mary-Suismo es una de las peores cosas que podían haber salido a la luz alguna vez en el ámbito de la literatura. Cuando comparo a las Mary Sue con la Plaga que asoló Azeroth, es que me estoy quedando hasta corta. Es aberración, tanta que hace que cuando leas un facfiction con una protagonista como ella, te den ganas de tirarte por la ventana... 

Pero eh, espera... Lo más seguro es que te estés preguntando que es una ''Mary Sue''. 

Pues bien, estate preparado para saberlo. Porque si eres un escritor decente, no sólo llorarás de la risa (o de pavor) cuando veas ciertos ejemplos, si no que posiblemente también llores al saber que alguna vez todos hemos creado una Mary Sue en nuestra vida. O Gary Sue, en el caso de ser un personaje masculino. 

Bueno, vamos allá. 

El origen y concepto

Si buscamos el termino Mary Sue en la wikipedia, nos encontramos con esto: 

''El término Mary Sue fue tomado de un personaje creado por Paula Smith en 1973 para su historia satírica "A Trekkie's Tale", publicada en su revista Menagerie #2. El personaje en cuestión era la teniente Mary Sue ("La teniente más joven de la flota. Sólo quince años y medio"), una chica idealizada e irrealista. A través de ella, Smith parodiaba los fanficions de Star Trek de la época, siempre escritos por adolescentes que fantaseaban con aparecer en la ficción de la serie; en sus relatos, un personaje original que obviamente les representaba a ellos tenía interacciones románticas con personajes de la historia original a pesar de la diferencia de edad, siendo en otras versiones parientes de estos personajes o sus aprendices''

Así a grandes rasgos, no parece tan tan terrible. Pero esto es solo el principio...

Se suele llamar Mary Sue a un personaje ''ficticio'' (luego entraré en este detalle) creado por una autora que suele ser perfecto y sin ningún tipo de fallo posible. Es un personaje femenino que está hecho aposta para que altere la historia original de un fandom (pongamos por ejemplo, dentro del universo de Harry Potter), sólo para hacer que los personajes canon o reales de la saga giren en torno a ella, casi siempre con un fin romántico. Incluso, ya en un grado de apoteosis diarreítica, la autora llega a desvirtuar o inventarse rasgos de esos mismos personajes reales sólo para hacer que se enamoren del engendro inventado por la autora del fanfiction, que es la Mary Sue. 

La Eva de los Mary Sue era una hermosa criatura que asombraba a toda la tripulación del Enterprise con su carisma, belleza, y cualidades de super dotada, que hacían quedar a los otros personajes como auténticos papanatas. Para abreviar un poco, las MS (vamos a abreviar su escandaloso y terrible nombre) suelen ser personajes que reunen todas las caracteristicas de lo que a la autora le gustaría ser, o desease ser. 

Características de una Mary Sue

Tristemente, las MS son reconocidas a millas y millas de distancia. De hecho, casi todas suelen tener y compartir todas las características que se describirán aquí mismo, sin saltarse ni una sola.

1) El nombre de una MS no es un nombre normal y corriente. Suele ser un nombre intrincadamente dificil o poco realista, que ademas no sigue con las pautas del universo o fandom en el que esta insertada (por ejemplo, llamarse Arwen Bella Selene cuando en realidad, estos nombres en el universo de Star Wars no pegarian ni con cola). La regla también se aplica a si el personaje está basado en un universo real y contemporáneo: Todos sabemos que si haces un personaje de origen inglés, por poner un ejemplo, se llamará Arwen Bella Selene. Por supuesto, chata. 

2) Casi siempre (no, que coño, SIEMPRE), son personajes femeninos que destacan por su increible, determinante, chachi guay y mágica belleza. Es también moderadamente delgada, pero tiene un poco de curvas...¡Y lo más importante!: Algo de su apariencia es inusual o mágico, que no tiene para nada que ver con el universo en el que se la ha insertado (ojos cambiantes/color de ojos exóticos surrealistas en los que predomina el color lila, azul claro como el agua cristalina y chorradas así; pelo muy largo que a pesar de todo no molesta a la protagonista para luchar si es guerrera, a lo que por supuesto se le suma que también pueda ser de colores estridentes SIN ESTAR TEÑIDO; cicatrices que oh, misteriosamente la hacen bella y no la afean... ETC Y ETC). 

Además, la autora se tira páginas y páginas describiendo su aspecto, posesiones, forma de ser, mascotas y otra clase de cosas que llegan a hacerse pesadas e insoportables.

Aquí tenemos un caso exagerado y tenebroso de Mary Suismo (si os soy sincera, no sé ni en que fandom la colocaría...Tiene una imagen Decepticon de Transformers, pelo a lo rollo Vocaloid, elementos de Sailor Moon, cola de gato...). Cómo diría Dross al ver esto: ¡Concha tu madre!



3) Sus poderes sobrepasan los límites incluso del mismo universo donde está ubicada. Si por ejemplo, la MS es un personaje de Harry Potter, podrá hacer magia sin varita, ser una animaga super poderosa que puede transformarse a voluntad (y transformarse en cosas hermosas y monosas como un gatito; o peligrosas como un lobo de colores también estrambóticos). Además, la autora suele describir este tipo de poderes sin ningún tipo de tapujos, os puedo poder un ejemplo: 

''Y Arwen Bella Selene alzó la mano y un huracán enorme se cernió sobre Howgards: un poderoso maleficio había sido desatado que ahora nadie, ni el más poderoso Voldemort, podía deshacer. De paso, Severus Snape observó a la bella Arwen Bella Selene, de ojos azules y grises, alzarse en la montaña, y se enamoró perdidamente de ella''. 

Me han sangrado los dedos al escribir esto, pero era totalmente necesario. 

4) La MS está hecha para destacar a lo grande, pues su única función consiste en eso. Por lo tanto, para ya llevarlo al extremo, ésta será pariente lejana o directa de un personaje del universo en el que se ubique. Ya pueda ser la hija/nieta/renieta/loquesea del malo maloso de la historia. O la prima abuela del protagonista, o la hermana pesada del personaje odioso pero que es tan guapa y buena que todos acaban enamorados de ella. 

5) Si físicamente ya tienen tela marinera, imagínate la profundidad psicológica de una MS: es como la de un berberecho. Básicamente suelen ser personajes, que a pesar de que la autora insiste en que tienen un pasado muy oscuro y traumático (la pérdida de padres/maltratos cuando era pequeña suele estar muy presente en la biografía de una Mary Sue), ellas no lo aparentan y se comportan como si nada pasase o no fuese con ellas. Un personaje plano y soso, que nisiquiera es congruente con lo que la autora describe o dice de ella. 

PERFECTO CASO de MS ubicada en el Universo del anime Inuyasha. Ella es hermosa, perfecta, hermana de los protagonistas pero más fuerte que ellos. No solo es guerrera, si no también curandera (healer), demonio, las flechas de Kagome (una de las antagonistas de la serie) no le afectan... Y muchas gilipolleces más.
Seas quien seas que hayas creado a esta joyita, por favor hazme un favor: suicidate.


  Si os fijáis, una historia o fanfiction en la que una Mary Sue está presente, es la cosa MÁS ABURRIDA que jamás pueda existir. Y por supuesto, están ahí solo para ser enrolladas con el personaje de más gusto de la autora. Horror. 

6) Suelen tener un encanto innato que por supuesto, hace que el personaje X o Z o Y (o porque no decirlo directamente: todos los personajes masculinos habidos y por haber) se enamoren de ellas ipso facto. He de reconocer que he pecado de este punto en muchas de mis historias, pero como he dicho anteriormente: Todos hemos caído a la hora de haber creado estos little monstruitos alguna vez en nuestras vidas. 

7) Como os podéis imaginar, si todo el mundo ama a las MS, el que está en contra de ellas termina muy muy mal, peor que un reptiliano siendo devorado por Ella-La-Araña: las MS siempre ganan y los personajes que van en contra de ellas tienen finales muy sangrientos, trágicos o injustos. Muchas veces, a las MS todo les va bien, aunque no se lo merezcan: la historia va tras ellas, no ellas tras la historia. 

Y bueno, podría explayarme en estas características ad infinitum: el caso es que es un personaje odioso y si un lector/a racional se encuentra con uno de estos seres de la dimensión distorsión, primero dejan de leer el fanfiction para después ir al baño a vomitar. 

''Sacas la máxima puntuación en un test sobre Mary Suismo. 'Bueno, ya sabes que poco exactos son estos tests'...'' Esto definiría perfectamente la respuesta de una autora al darse cuenta de que su personaje es monstruoso,  improbable y repelente. Por dios, mirad todas esas cosas en el pelo... 


                                                  

Y no es que esto sea el final, pues el MS puede adaptarse a los hombres. Sí, todas esas horribles características pueden tenerlas personajes masculinos que cumplirían la misma función que una MS pero a la inversa: son los llamados Gary Stu. Y los hay: de hecho yo los he conocido haciendo roleplaying. Sí sí...Un chico que su personaje es un gato pero que se puede transformar en humano que conoce todas las artes marciales que existen, que además es muy inteligente, tiene un mecha-robot y no sé cuantas cosas más. Y que además, intentaba ligar con mi personaje. Nunca más volví a hacer RP con él. 

Yo que queréis que os diga...Pero ví muy a Harry Potter como Gary Stu. 

Después también está el caso en el que una persona quiere que tu seas una Mary Sue para su personaje, que eso ya si que no tiene perdón de Yahvé, Alá, Buddha o cualquier otro dios que se os pueda ocurrir. Tienes que ser perfecta, tonta y complaciente (y extremadamente bella). 

Y ya por último, ¿os acordáis que dije algo sobre si los personajes MS o GS eran ficticios o no?. Bueno, el caso es que casi siempre, suelen ser self-inserts, o alter egos de la escritora o escritor. Pero ahí tengo que decir que no siempre los self-inserts tienen que caer en Mary Suismo, pues mis personajes suelen compartir muchas características de mi ser sin (creo) que sean necesariamente MS. O eso juzgaréis vosotros cuando ponga aquí alguna de mis historias...jeje. 

Y sí, todas las Princesas Disney son Mary Sue. 

Conclusión

A la hora de hacer un personaje realista, hay que ser consecuentes con las atribuciones con las que dotamos al personaje. Hay que pensar en una persona normal, y después atribuirle ciertas habilidades QUE SEAN CONSECUENTES con su forma de ser, pensar o incluso nacionalidad. Sobretodo algo muy importante: debilidades. Cualquier personaje minimanente interesante siempre tendrá una debilidad, que lo haga vulnerable en determinadas ocasiones, y por lo tanto, al menos pueda haber una trama interesante. Un ejemplo sería Luffy de One Piece: es un hombre de goma que puede estirarse todo lo que quiera, pero tiene una debilidad muy importante y es la de que los cuchillos u objetos punzantes le hacen mucho daño, lo que en determinados momentos podrá haber una situación complicada o comprometida que mantendrá el lector/espectador en vela de los acontecimientos. 

     -¿Considerariaís a Goku como un GS?

Y por favor, si la historia va a ser romántica, que haya sus altibajos y subidas, pero que no sea todo como el trozo ese que he escrito de mi odiosa Arwen Bella Selene. Que los personajes se conozcan y enamoren de forma progresiva y real, y casi siempre consecuencia de su psicología y no su solo su físico. 

Señores y señoras, creo que esto es todo. Para terminar, me gustaría dejaros con un enlace que es un test sobre si tu personaje es MS o no:

¿Es tu personaje un MS o GS? Adivinalo pinchando aquí y haciendo el test: http://www.springhole.net/writing/marysue.htm









domingo, 9 de febrero de 2014

La distancia nos hace más fuertes

La distancia nos hace más fuertes...


...O eso es lo que yo creía. 

Quería empezar mi nuevo blog hablando sobre algo personal, pero que necesito sacarlo a la luz con la creencia de que esto me llevará a una catársis que de cada vez veo más lejos. 

Siempre se ha dicho que la distancia hace más fuerte a las personas. Cuando tú tienes a un ser querido lejos de ti (viviendo en otro país, en otra ciudad, sin la posibilidad de verse cada día), siempre sentí que la distancia hacía que esa relación se volviese más fuerte y más, mucho más consciente. Era como si cada día que te levantases, lo hicieses con vitalidad, pensando que a esa persona querida le gustaría verte con una sonrisa en el rostro. 

Yo de verdad lo sentía así...Pero después, dolorosamente, te das cuenta de que nada es lo que parece. 

La gente es débil. Al principio todo va bien: todo el mundo parece estar feliz con una relacion de amistad o de pareja a distancia. Es como un nuevo reto, no? La nostalgia y el ''ojalá pudieses estar aquí'' se suman a una nueva experiencia nunca antes vista. Y gusta, en realidad gusta. Haceis planes juntos, planes de poderos ver en un, dos, tres...X años. Y eso te mantiene vivo, te hace querer seguir hacia adelante. Todo por poder estar por fin con esa persona con la que tanto tiempo chateando, skypeando o hablando llevas. 
Las relaciones ha distancia suelen tener un componente que las fisicas no tienen: el poder conocer a la persona mas alla de lo físico. 

Ahora bien, no todo el mundo parece querer pasar por el aro.

No sé si es que he conocido a personas realmente inmaduras, o realmente débiles de caracter. Yo también tenía una persona a la que queria muchísimo, pero a la que no podía ver porque vivía lejos, muy lejos de aquí. Yo realmente la amaba, pero no en el sentido que la gente suele utilizar... Si no que de verdad era feliz. Teniamos nuestros altibajos, nuestras múltiples peleas (de las que yo me siento culpable en gran parte de ellas)...Pero aun así, las afrontabamos y siempre nos prometiamos que no volvería a pasar. Que nuestra amistad y amor mutuo prevaleceria por encima de todo. Que algun día podriamos llegar a conocernos en persona y como prometimos, patinar sobre el hielo bajo la luz de la fría noche. 

Y sabéis donde quedo todo eso? Arrugado, roto y tirado en el cubo de la basura. Un buen día, esa persona me confesó que lo que la imagen de mi post demuestra (que por cierto, una imagen SI vale mas que mil palabras) nunca iba a poder realizarse con nosotros dos. Que era mejor dejar estar una relación que podria haber sido realmente fructifera, que ya se habia grabado a fuego en el cerebro que ''podia vivir una vida sin mi''. Que no iba a volver a saber nada mas de esa persona. Que nuestra amistad, ya había terminado. 

Os estaréis preguntando... ¿Por qué?. ¿Cómo puede ser que una persona que te ha contando hasta sus mas intimos secretos, y tu los tuyos, te diga algo tan cruel como esto?. ¿Es que acaso la distancia no nos haria más fuertes en nuestra relación?. ¿Qué es lo que ha cambiado?. ¿Fue todo una mentira, una diversión en la que esa persona me inspeccionó con microscopio y cuando descubrió todos mis secretos, se aburrió y a otra cosa?. ¿De verdad soy tan cambiable?. ¿De verdad yo valgo tan poco?. 

Muchas son las preguntas que asaltaron mi mente, como podeis observar. No quiero intentar ponerme melancólica ni nada por el estilo, nisiquiera dramática. Solo expreso las cosas tal y como fueron. Y después de eso, el más sordido y absoluto silencio. Esa persona directamente desaparece de tu vida, como un huracán que aparece, lo destroza todo y luego se va. Cree que desaparece sin dejar rastro, pero aquí se llevo parte de mi corazon. 

¿Qué es lo que puede asaltar a que una persona actue asi? Yo os lo diré: los miedos, la angustia, la inmadurez. Despues de todo, para mucha gente, la distancia crea una fuente infinita de inseguridad y de dolor. Puedo hasta entender el miedo de la persona que abandono lo nuestro. Puedo imaginar su rostro que ya nunca más vere, reflejando ese dolor. 

Y de esta experiencia, he aprendido que hasta de las vivencias mas desagradables, se pueden extraer moralejas que pueden ayudarte al dia dia, y sobretodo, a no recaer en ciertos viejos habitos. 

miércoles, 5 de febrero de 2014

He empezado de nuevo el blog porque aparte de que por alguna razón extraña Blogger borró todas mis entradas (cosa que no entiendo), también porque tengo mucho nuevo material que ofrecer y mira...Mejor empezar desde 0 :). 

Bienvenido seas viajero a mi pequeño santuario.